La aventura de reformar un piso

hazmeprecio

¡Me ha tocado el gordo! Como os lo digo, en la lotería de navidad de este año, el premio gordo, no me lo podía creer, yo ni me había dado cuenta, me llamó mi madre toda emocionada porque ambas llevábamos el mismo décimo, a mí me pilló trabajando, para variar, al principio pensé que me estaba gastando una broma, pero cuando la oí llorar, comprendí que era real, que habíamos sido las afortunadas. Poco recuerdo del día 22 de diciembre, solo una inmensa alegría, toda la familia celebrando la buena noticia, un premio que nos venía como anillo al dedo, como a todos a los que les toca, la crisis nos ha afectado a todos en mayor o menor medida y un desahogo tan grande pues es un soplo de aire fresco en un día caluroso.

Tras recibir el premio, pago previo del  veinte por ciento a hacienda, te haces un millón de preguntas, no sabes muy bien qué hacer con el dinero, pagas la hipoteca y tapas los huequecillos que todos tenemos y tras darte algún capricho llega el momento de pensar en que invertirlo. Le di muchas, muchas vueltas y al final opte por comprar un edificio que había en la esquina de mi calle, un edificio de cuatro plantas con ascensor y bien situado, habría que hacerle algunas reformillas pero era una inversión segura ya que podría alquilar todos los pisos y serían ingresos mensuales.

Y así lo hice, seguidamente solicité presupuestos reformas madrid y me hicieron unos precios bastante competentes. Manos a la obra, empezamos con la reforma. El bloque de cuatro plantas con ocho pisos en total, los de la cuarta planta ya estaban alquilados así que no tuve que tocarlos, solo la pintura de la escalera y el cambio d los apliques, los demás estaban bastante deteriorados ya que algunos llevaban cerrados varios años y había que darles una vuelta importante. Se quitaron bañeras para poner modernos platos de ducha, se alicataron las cocinas y los baños y se cambiaron los suelos de todos ellos, en tres meses estaban todos los pisos arreglados y listos para recibir inquilinos. En menos de un año estaban los ocho apartamentos alquilados, los bajos con su patio muy coqueto a dos matrimonios mayores que no tenían edad de estar subiendo escaleras y los demás a familias jóvenes con niños. Hoy, vivo de las rentas de mis pisos, sin duda una buena inversión.