¿Es bonito volar?

Volar  por el cielo es uno de los sueños que todo hombre ha querido desde tiempos pasados, para ello, ha buscado la forma de tenerse en el aire por medio de alas, motores y globos.

La aerostación es la forma más antigua de volar, todo empieza en el siglo XVIII en Francia cuando los hermanos Mongolfier construyeron un globo de papel utilizando un gas más leve que el aire logrando que el globo se elevara hasta 500 m., pero no se rindieron, un año después hicieron una  pequeña demostración en el palacio de Versalles en donde al globo le agregaron le añadieron un cesto y subieron a pasajeros muy dispares: una oveja, un gallo y un pato.

El primer vuelo con personas fue en esa misma fecha los intrépidos fueron Pilâtre de Rosier y el Marqués de Arlandes y subieron 1000 metros de altura con una duración de 25 minutos recorriendo unos 10 Km. La cabina era una cesta muy bonita  a la cual le colocaron un horno de leña para mantener el aire muy caliente. En años posteriores se inventaron los globos de gas y los dirigibles los cuales tuvieron un gran importancia en el siglo XIX.

El globo no ha variado mucho la forma de utilizarlo ahora se utiliza mucha más tecnología y buenos materiales que han mejorado la forma de pilotaje, además de la seguridad y el bienestar que son muy importantes para alcanzar una buena experiencia en el aire.

Las personas usan  los paseos en globo sobre todo para disfrutar de las vistas de los campos, las montañas, los ríos, y paisajes. Por otro lado se han convertido en una moda para celebrar ocasiones especiales como cumpleaños, aniversarios, graduaciones.

Cualquier descripción de volar en globo se queda pequeña en comparación con la experiencia de vivirlo en realidad.

Los sentidos y lo que sientes están alerta en todo momento desde el emocionante ascenso cuando ves que la tierra se va alejando, hasta la angustia combinada con la emoción.

Lo recomendable es tranquilizarse y sentir el contacto con la pura naturaleza, tomar el aire fresco en la cara te invade una sensación de tranquilidad.

Ver hermosos paisajes de  verdes y amarillos, a veces como desierto, algunas veces sobre campos o sembradíos de cultivos que permiten ir descubriendo lo pequeños que sitios.

Ver las enormes montañas que parecen ser las jefas de la tierra, los ríos como arterias y las pequeñas casas con sus grandes tamaños de tierra que figuran como maquetas pequeñas.

Si los amaneceres son lo mejor verlos de un globo aerostático que se contemplan de una forma diferente ya que al estar suspendido en el aire te miras de frente con el sol, es una de esas experiencias de las que se deben probar por lo menos una sola vez en la vida. El descenso también es un misterio, no sabes en donde vas aterrizar aunque lo tengas contemplado ya que dependes siempre de los caprichos del viento.

En cualquier estación del año se puede volar en globo aerostático con Paseos en Globo; el mejor momento es antes del amanecer y antes del ocaso o cuando el viento está calmado (lo recomendable son rachas de 12 km/hr. Si el sol calienta mucho la atmósfera, pueden levantarse brisas que obligan a aterrizar; esto se puede registrar sobre todo al mediodía que es cuando no es recomendable volar.

Un paseo en globo dura en promedio una hora, tiempo suficiente para recorrer grandes valles pero siempre lejos de las ciudades, zonas urbanizadas, enormes montañas, grandes cuerpos de agua o zonas de vientos fuertes ya que estas características obstaculizarían la travesía. Como medidas de seguridad el piloto siempre optará por aterrizar en una zona accesible y durante el paseo un vehículo en tierra estará de apoyo.