La ciencia ficción hecha realidad llega hasta las toallas de los hoteles. Por increíble que suene, algo en apariencia tan cotidiano y sencillo como la toalla con la que nos secamos la cara en el cuarto de baño de un hostal puede estar altamente tecnologizado sin que nosotros lo sepamos. Y eso es así porque investigadores españoles han desarrollado recientemente un microchip RFID UHF para toallas para hosteleria, albornoces, sábanas y demás elementos textiles presentes en estos espacios.
¿Qué se consigue con esta tecnología? Pues lo primero de todo, aunque suene a chiste o a leyenda urbana, es controlar los hurtos que se producen en los hoteles. Cada una de estas toallas o sábanas tiene un pequeño microchip en el interior del tejido, gracias al cual se puede individualizar cada pieza e identificar en todo momento. De ese modo se sabrá si algún cliente la ha robado, y se dispondrá de las pruebas pertinentes.
Pero más allá de ello, con este sistema avanzado de etiquetado se consigue vigilar de forma automática la entrada de ropa limpia en las lavanderías y llevar un mejor control de lo que entra y lo que sale. Se puede utilizar de este modo un lector de tipo manual para poder hacer rápidamente inventarios de toallas, sábanas, mantas, albornoces, almohadas, etc. Hasta ahora cuando las lavanderías reciben la ropa sucia procedente de los hoteles el cálculo se basa en el peso y siempre es de forma aproximada, mientras que con esta nueva tecnología el recuento será siempre exacto y sin margen de error.
Uno de los problemas que tenían que resolver hasta ahora los investigadores era el de la ubicación del microchip. Finalmente descubrieron que la mejor zona para ubicarlo era el dobladillo de los tejidos.
El otro problema era el de la transmisión de los datos y el radio de alcance de la misma. Al final se ha conseguido instalar una pequeña antena transmisora en este microchip que hace que las ondas se transmitan en un radio de casi diez metros de distancia. Más que suficiente por tanto para controlar la cantidad de ropa acumulada en el interior de una habitación.
Aunque parezca una extravagancia, lo cierto y verdad es que cada vez nos encaminamos más hacia un futuro altamente tecnificado en el que cada prenda y cada objeto cotidiano que tengamos a nuestro alrededor estarán conectados a internet o tendrán un chip que transmita información a otros dispositivos. Se trata de un nuevo escenario en el que ya no se hablará de redes sociales ni de 2.0, sino del Internet de las cosas. Nuestro frigorífico nos hará la lista de la compra y nuestro espejo nos dará los buenos días, y así sucesivamente. Por ello no extraña ve estos primeros pasos con sábanas marcadas individualmente con microchips.